Me llamo Giuseppe, seminarista del seminario de Friburgo (Suiza), y he decidido venir a la UESD para hacer 4º de teología. Tengo que reconocer en primer lugar el interés que tiene el hecho de estar en un ámbito nuevo y distinto al que suelo estar, por el conocimiento de otra realidad social y eclesial, aprender un idioma más… Pero además porque me está permitiendo, en el ámbito académico, conocer mejor otras corrientes teológicas y métodos de enseñanza.
Está siendo una ocasión grande –incluso aunque cueste un poco– para abrir horizontes y enriquecerme, y mucho, quedándome el curso entero. Me sorprende positivamente encontrarme en un entorno clara y genuinamente eclesial, respecto a las personas como a la comunidad académica. ¡Importante cuando se trata de estudiar la teología!
He visto el deseo de mirar con seriedad y profundidad las cuestiones de fe dentro de la fidelidad al magisterio de la Iglesia y, en particular, un amplio estudio del último Concilio ecuménico: atención a la enseñanza conciliar y mejor comprensión de algunos temas fundamentales que allí se tratan.
Lo enriquecen las asignaturas de carácter artístico a las que he podido asistir; he de admitir que los suizos no podemos competir en este asunto con España, ¡pero compensamos con la belleza de la naturaleza! Aprecio también el deseo en muchos profesores de entrar en diálogo con el mundo contemporáneo en temas filosóficos o teológicos.
Por último, quiero agradecer la acogida por parte de alumnos y profesores, así como en la parroquia en la que estoy viviendo, y todas las personas que he podido encontrar. No me lo esperaba, pero ahora veo mucho mejor lo importante que es recibir esta acogida, que es una verdadera fuente de alegría que permite despertar una y otra vez en el corazón la tensión de mirar con esperanza la realidad que se nos ofrece.
Texto originalmente publicado en el número 4 de la revista institucional de la UESD
—
