La preparación para el Diaconado Permanente me encaminó hacia el Bachillerato en Ciencias Religiosas, estudios que tenía la oportunidad de cursar en la Extensión de Getafe de la UESD. Esta elección me permitía compaginar familia, trabajo, acompañamiento y discernimiento vocacional y actividades pastorales y de voluntariado en mi parroquia, Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, de Leganés.
Confiado así en el que llama, e deseables siempre cuando uno inicia una aventura formativa, pero, más aún, en aquella que, por edad y envergadura, uno no está seguro de poder salir airoso por sus propios medios. Atención personal, trato amable y cercano, comprensión y flexibilidad para poder acomodar situaciones personales que, en los años de estudios, puedan presentarse y se presentan, sin rebajar por ello el listón de la exigencia y el rigor, configuran un paisaje “almendrado” que invita al estudio, a la reflexión y a la oración de lo que se aprende y se vive en el Centro y en la Extensión para, desde el sosiego y la paz, llevarlo a la propia vida.
En este entorno, he realizado, con la ayuda de Dios, el Grado en CCRR, y me encuentro ahora inmerso en la Licenciatura, tratando de ampliar y consolidar la formación teológica recibida para poder ser, con las limitaciones propias y naturales de mi condición, un colaborador más activo y más responsable en la misión evangelizadora de la Iglesia, a la que Jesús nos convoca y anima y para la que Él nos ha elegido primero.
Santa Madre Maravillas se hace presente también en nuestra Extensión, en ésta su transitada y querida ciudad getafense. La parroquia que lleva su nombre nos acoge y acompaña, y en ella se desarrolla una gran parte de la actividad normal de la Extensión: sesiones monográficas, conferencias, reuniones, encuentros, exámenes, consultas bibliográficas, pruebas de evaluación, puesto que es la sede donde el Centro de Teología desarrolla su actividad. Desde su titularidad parroquial, acuñada en su elocuente y sencillo estilo de santidad, nos enseña a descubrir, a comprender y a aceptar con alegría y humildad, en nuestra mente y, sobre todo, en nuestro corazón, que todo en nuestra vida ha de ser “lo que Dios quiera, cuando Dios quiera y como Dios quiera”.
David Corregidor
Alumno del Instituto Superior de Ciencias Religiosas a Distancia
Extensión de Getafe