Proliferan las películas cristianas que muestran en sus argumentos las cuestiones más relevantes en torno a la vida del hombre y su relación con Dios. Sobre esta urdimbre central en la línea argumental, quedan iluminados ámbitos como el de la familia, la sociedad, la política, el mundo del deporte y situaciones como la enfermedad, la precariedad laboral, la injusticia, etc.
La película A prueba de fuego (2008, Alex Kendrick) posee una trama a través de la cual salvaguarda la unidad de los esposos y ayuda a afrontar diversas dificultades. Es especialmente recurrida para la pastoral matrimonial; El mundo en tus manos (2009, Thomas Carter) cuenta el caso real de un cirujano que ha de realizar una difícil operación quirúrgica. Aquí, ciencia y fe están perfectamente armonizadas; Soul Surfer (2011, Sean McNamara) basado también en hechos reales, cuenta la historia de superación de la multipremiada surfista Bethany Halmilton; Resucitado (2016, Kevin Reynolds) trata sobre la investigación de un tribuno romano para verificar qué ha ocurrido tras la muerte de Jesús de Nazaret.
En los últimos meses se han visto también en la gran pantalla otras tantas cintas, por ejemplo, con motivo de la Navidad y para los más pequeños, la película animada Se armó el Belén (2017, Timothy Reckart), en cuaresma El caso de Cristo (2018, Jon Gunn), o en semana Santa Pablo, Apóstol de Cristo (2018, Andrew Hyatt) ¿Qué tienen en común las películas antedichas? Todas son un pequeño elenco de obras cinematográficas alentadas por productoras cristianas como Affirm films, pequeña división cristiana-evangélica de la gran Sony Pictures o Pureflix Entertainment cuyo presidente ejecutivo es el protestante David A. R. White.
Constatamos, por tanto, un número no pequeño de películas cristianas de corte protestante que ejerce un gran influjo en el mundo entero, también sobre los católicos. Esto hace que nos preguntemos: en este tipo de cine religioso ¿Se puede aceptar todo lo que en él vemos? La respuesta a esta pregunta dependerá de cada película; generalmente será necesario -a modo de cine forum- acentuar aspectos sustanciales de la doctrina católica sobre una trama en sí sana y edificante, como la de las obras citadas, pero que presenta en sus guiones, lagunas que a menudo no nos permiten esbozar todo el mensaje que queremos aprovechar.
Algunas de estas carencias en este perfil de películas pueden ser: la poca relevancia del sacrificio de Cristo en la Cruz, aspecto que se echa en falta en La Cabaña (2017) de Stuart Hazeldine; la presencia de Cristo en su Iglesia, mediadora de salvación, velada en El Caso de Cristo; la centralidad de la Eucaristía en las primitivas comunidades cristianas, casi ausente en Pablo, Apóstol de Cristo o la necesidad del sacramento de la reconciliación como vía de sanación objetiva, omitido junto al resto de sacramentos, en A prueba de fuego. Precisar estas notas sería de gran ayuda para el que está formándose en nuestras parroquias, grupos catequéticos, familias, etc.
Borja Langdon
Artículo originalmente publicado en el número 4 de la revista institucional de la UESD.