Del 12 al 14 de febrero de 2018 se celebró en la sede del Institut d’Études Théologiques de Bruselas (IET), facultad de Teología de la Compañía de Jesús en Bélgica, el coloquio “La Teología: identidad y pertinencia”, con ocasión de los 50 años de existencia del Instituto.
No se trató, sin embargo, de un momento autocelebrativo, sino de una oportunidad privilegiada de convivencia y de trabajo común entre profesores y estudiantes, según el horizonte eclesial y el método propio que ha caracterizado el IET en estos cinco lustros de existencia. Procedentes de la Universidad Eclesiástica San Dámaso participaron el profesor Gabriel Richi Alberti y el licenciado Baudoin de La Bigne.
Para responder a la pregunta sobre la identidad y la pertinencia de la teología en nuestro tiempo –teniendo como referencias fundamentales la importancia de la Escritura y los caracteres eclesial, dialogal y espiritual de la elaboración teológica– se propuso un itinerario que conjugó intervenciones de invitados provenientes de cinco ámbitos lingüísticos diferentes (italiano, español, inglés, alemán y holandés) y seminarios de lectura y trabajo común entre profesores, estudiantes e invitados.
Los temas y los ponentes fueron:
- “Trinidad y ontología, una vía para repensar el pensamiento”, por Piero Coda.
- “Pensar la Iglesia tras el Vaticano II” a cargo de Gabriel Richi Alberti.
- “Cambios y responsabilidades de la Teología Católica Contemporánea en la perspectiva del Reino Unido”, por P. D. Murray.
- “Anima Theologiae? La pertinencia de la exégesis en el ámbito alemán tras el Vaticano II”, a cargo de G. Nassauer.
- “La teología católica en lengua holandesa tras el Vaticano II”, por A. Denaux.
Ante el auditorio emergió con gran claridad las diferencias existentes en la forma de afrontar y elaborar la teología en estas cinco áreas lingüísticas. Las contribuciones de los ponentes fueron, además, enriquecidas por los diálogos al final de la jornada, que fueron muy participados y vivaces.
Unos diálogos, además, que fueron también fruto del trabajo común en los seminarios que habían afrontado la lectura de algunos textos de H. U. von Balthasar, A. Chapelle, J.-M. Hennaux, J. Radermakers y J. Ladrière.
La celebración cotidiana de la Eucaristía –incluida la celebración propia del Miércoles de Ceniza– así como los momentos de pausa, las comidas y una velada jubilar, contribuyeron al encuentro entre todos los participantes y al reconocimiento del carácter de auténtica comunidad académica que caracteriza a esta benemérita institución teológica.