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Roberto ha realizado unas prácticas dentro del Programa Erasmus+ en Little Sisters of the Poor, en Raheny (Irlanda), en verano de 2022.

Roberto, ¿Qué han supuesto estas prácticas en tu formación como persona?

En primer lugar, un encuentro directo con una cultura diferente, con su propio idioma, sus costumbres, sus deportes, su historia… Para mí, el hecho de realizar un viaje en este sentido me ayuda a abrir mi horizonte, a seguir concienciándome de lo bonito que es vivir en un mundo tan diverso pero que está llamado a la unidad, a ser una sola familia.

Por otra parte, la experiencia de salir de uno mismo y dedicar un tiempo (aunque sea corto) de tu vida a ayudar a otras personas, especialmente a los “pobres”, a los olvidados de nuestra sociedad (que son muchas veces los ancianos, los custodios de la sabiduría de un pueblo), ha sido sin duda para mí una gran ocasión para crecer en amor al prójimo, en paciencia, y para aprender poco a poco a mirar al otro como lo que es, un hijo de Dios como lo soy yo.

Por último, el hecho de haber pasado bastante tiempo solo, y el de estar “obligado” (aunque sea por supervivencia) a comunicarme en un idioma que no es el mío, me han ayudado también a madurar y a ser capaz de enfrentarme a situaciones diferentes a las que estoy acostumbrado, así como a poder emplear parte de mi tiempo en profundizar, en desarrollar mi capacidad introspectiva y la hondura de mi relación con Dios.

¿Qué destacarías de tu experiencia atendiendo y cuidando ancianos en una residencia?

Hay dos cosas que destaco especialmente en relación con mi experiencia de cuidado de los ancianos. Por un lado, la posibilidad de estar con ellos, de escucharlos, de contarles mis aventuras, de dejarme aconsejar, de reírnos juntos, de aprender de sus experiencias vitales… en fin, de compartir la vida con personas que muchas veces no tienen con quién compartirla. Además de esto, he aprendido mucho de las Hermanitas de los Pobres, que son las consagradas que llevan la residencia y que se desviven e incluso malviven para hacer posible que estos ancianos pobres puedan tener una última etapa de su vida digna y feliz. He trabajado mano a mano con ellas, y no puedo menos que desear vivir con la misma entrega y generosidad con que lo hacen ellas, un ejemplo para mí también por la confianza que tienen en ese Dios que siempre provee a su pueblo.

¿Cómo conociste la existencia del Programa Erasmus+ para prácticas?

Gracias a la Universidad Eclesiástica San Dámaso, en la que realizo mis estudios de Grado en Teología, se me ofreció la posibilidad de pedir plaza para poder tener una experiencia única como esta, motivo por lo cual estoy y estaré eternamente agradecido.

Más información sobre Erasmus+ en la Universidad San Dámaso