Fernando María Rubio Morillo-Velarde es seminarista y periodista. Es alumno de Teología en nuestra universidad. A continuación se puede leer su testimonio.
Quizá uno de los mayores desafíos posibles para la filosofía y la teología del siglo XXI sea el diálogo activo y vivencial con una cultura que no está precisamente interesada en cuestiones filosóficas-teológicas, pues pueden parecer inservibles. Yo, como periodista y amante de la información y la comunicación de la Verdad, intento en la medida de lo posible apasionarme por encontrar y pensar un lenguaje que haga sentir que la teología no son simplemente palabras, dogmas y discursos antiguos que hay que acatar porque siempre se ha hecho así, sino que tiene un futuro lleno de vida.
Como he aprendido de uno de los profesores de esta Universidad, “la teología, si no tiene nada que decirle a la vida concreta de la persona del siglo XXI, no sirve para nada”. Este es un reto real que vivo en la UESD, descubrir una Teología que esté viva.
El haber podido estudiar una carrera universitaria antes me ofrece la oportunidad de contraste entre lo vivido y lo presente. Estamos en un momento en el que la Iglesia busca creativas y novedosas maneras de comunicar el Evangelio, de adaptarse a las nuevas formas de comunicación social, hacer ver que Cristo no es un menos, una tradición impuesta o una simple manera de comportarse.
Y esto no puede hacerse de cualquier manera sino siendo conscientes de la importancia de una comunicación cuidada y de calidad que requiere formación y escucha a los nuevos modos de información. El sentirme parte de este momento tan ilusionante y complejo en el que queremos hacer ver al mundo la Belleza de seguir a Jesús de Nazaret es una motivación enorme para disfrutar de mis estudios en la UESD.
Ser profesional de los medios de comunicación me lleva a arder aún más por el deseo de encontrar razones lógicas y vivas de mi fe para comunicar la que sin duda alguna es la mejor noticia que ninguna persona pueda recibir en su vida: Jesucristo.