Grupo de investigación de la Facultad de Filosofía de la UESD
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El grupo de investigación de la Facultad de Filosofía financiado por la OIRI de la UESD y compuesto por los profesores Víctor Tirado San Juan (investigador principal), Jordi Girau Reverter, Santiago García Acuña, José Antúnez Cid, Alfonso García Nuño, David Torrijos Castrillejo, Pilar Fernández Beites, Leonardo Rodríguez Duplá, Magdalena Elzbieta Figiel y Emilio Sierra García, lleva desde el año 2013 trabajando en torno a una “Revisión histórica y construcción de una teoría de la experiencia como ampliación de la razón”.

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Se suele entender que eso de la investigación es algo propio de físicos, biólogos, etc., no llegándose a entender bien que esto pueda darse en otros campos. Ni que decir tiene que esta extrañeza aumenta cuando se trata de la filosofía: ¿Sobre qué tendrá que investigar? Y suponiendo que tuviera algo sobre lo que investigar, ¿para qué serviría?

Todos tenemos que tomar muchas decisiones y todas siempre inciden en nosotros. Con cada una no sólo resolvemos problemas concretos, sino que, ante todo, lo que vamos haciendo es definirnos en orden a un fin; nos configuramos con las respuestas que vamos dando a las preguntas que nos salen al paso en la vida. Y, como lo que tenemos entre manos fundamentalmente es a nosotros mismos, no es cuestión baladí qué hagamos. No es indiferente cuál sea el fin ultimo que elija como definición de mi vida, no es insustancial cuál sea el sentido que queramos dar a nuestras acciones, no da igual qué hacer en cada momento, porque en cada uno nos vamos haciendo a nosotros mismos. De ahí que sea vital saber a qué atenernos en última instancia, cuál sea el fundamento último sobre el que hacemos pie, qué la verdad y cómo vivir en ella, qué la bondad y cómo plenifica, qué la belleza y cómo nos desborda y atrae. No sólo deseamos conocer, sino que imperiosamente necesitamos hacerlo. En medio de la realidad, tenemos apetito no de fragmentos, sino de ella.

En su busca, emprende su singladura la filosofía. A lo que se llamó metafísica, Aristóteles lo llamaba “filosofía primera”. Pues bien, también cabe hablar de una filosofía primaria y de otra secundaria. Aunque siempre en conversación secular con los grandes maestros del pasado, la investigación filosófica puede hacerse de una manera inmediata, en abierta y directa lucha con la realidad misma, navegación de altura, filosofía primaria; es la que han llevado a cabo los grandes filósofos de la historia y a la que, aunque sea en menor medida, no podemos renunciar los demás. Sin embargo, lo usual es una investigación mediata, navegación de cabotaje apoyada en los cabos de quienes nos precedieron, pero que no renuncia a mirarle a los ojos a la Esfinge, aunque sea a través de los grandes pensadores; filosofía esta secundaria, pero filosofía. Lo que ya no es propiamente filosofía es la pura erudición, el andarle contando, como decía Unamuno, los pelos a la cola de la Esfinge en vez de mirarle a los ojos para desentrañar su misterio. Ni la filosofía es algo ya hecho ni la investigación filosófica es una pura acumulación de datos, de doctrinas, posesión de verdades sobre lo que otros dijeron, pues la filosófica lo que busca es ser poseída por la verdad.

En la segunda mitad del s. XIX, en buena medida como herencia de la modernidad, se tendió a identificar el conocimiento con el propio de la física y las matemáticas. En tal situación, se encontraron incómodos filósofos como Bergson y Unamuno y, aunque no acabaron del todo de zafarse de la sinonimia entre razón positivista y razón, sin embargo, consiguieron mostrar que el conocimiento no se identifica con ese determinado modo de entender qué sea la razón. Tras ellos, grandes figuras de la filosofía del pasado siglo, como Husserl, Ortega, Scheler, etc. trataron de dilatar la comprensión de lo que sea la inteligencia humana, sin perjuicio de que haya habido también quienes hayan intentado algún modo de retorno al positivismo, optado por centrarse en el análisis lingüístico o preferido hablar de una razón débil.

En la confianza de que el hombre es capaz de la verdad, si bien su conocimiento sea limitado, con inspiración en distintas corrientes filosóficas que han apostado por ver la inteligencia humana abierta a la gran riqueza de la realidad, durante tres años, un grupo de profesores, la mayoría de nuestra universidad, aunque no sólo, capitaneados por D. Víctor Tirado, hemos trabajado en el proyecto “Revisión histórica y construcción de una teoría de la experiencia como ampliación de la razón”, con financiación de la Oficina para la Investigación y Relaciones Internacionales (OIRI) de la UESD. A lo largo de este tiempo, además del trabajo individual de investigación, nos hemos reunido de cuando en cuando también para la exposición del trabajo realizado por algún miembro del grupo de investigación y posterior discusión sobre el mismo. Toda esta tarea concluirá con la publicación de un libro en el que se reunirán las distintas colaboraciones.

Pero esto no es el final, habrá que seguirle el rastro a la realidad que la verdad nos haya dejado.

Alfonso García Nuño

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