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Durante el tercer trimestre del curso 2021-22, como los cuatro años anteriores con el paréntesis de la pandemia, el profesor Jordi Girau se ha desplazado al seminario de Santiago de Cuba para dar clases a los estudiantes de Filosofía de la isla. La estancia obedece a una petición en tal sentido de la Conferencia de los Obispos Católicos de Cuba, dirigida a la Conferencia Episcopal Española y trasladada por ésta a nuestra Universidad; y cuenta, como es natural y obligado, con la aprobación de las competentes autoridades eclesiásticas y académicas. El presente curso ha impartido las asignaturas de Ética II (virtudes cardinales) e Historia de la Filosofía Moderna. Otros años ha explicado también Teología Natural e Introducción al Catecismo de la Iglesia Católica.

Tras el coronavirus, la situación general del envejecido y empobrecido país -y de la propia Iglesia cubana- se ha deteriorado notable y sensiblemente. Las necesidades son inmensas, y los recursos materiales y humanos, mínimos. Incluso el número de seminaristas es, a todas luces, insuficiente. En Santiago, donde se congregan los estudiantes filósofos de todas las diócesis cubanas, eran nueve en total, y uno de ellos es religioso. Los que han cursado este año las dos materias impartidas por el profesor de San Dámaso, han sido sólo dos alumnos.

Pidamos al Buen Pastor, Verbo de la Verdad que comunicamos, se apiade de esa Iglesia hermana y de nosotros mismos: que ilumine las vías mejores para Cuba, y, si así lo quiere, suscite nuevos voluntarios que se presten a continuar la tarea.

En la imagen, Jordi Girau en el mirador de Boniato, con la ciudad de Santiago al fondo.