Del 4 al 8 de junio de 2018 se celebró la XI Semana de formación para profesores y doctorandos organizada por la Facultad de Literatura Cristiana y Clásica San Justino bajo el título de «Los testimonia apócrifos: un “género marginado”».
Como en años anteriores, el curso fue impartido por el profesor Enrico Norelli, de cuya sabiduría acumulada con los años de estudio y docencia, pudieron disfrutar todos los asistentes, profesores, doctorandos y alumnos en general.
En su introducción, el profesor Norelli partió del hecho cierto de que las obras de los autores cristianos de los primeros siglos denotan sin lugar a dudas la existencia desde una época muy temprana de colecciones de testimonia, es decir, de versículos o pasajes de las Escrituras de Israel que demostraban temáticamente la verdad que se había manifestado en los diversos misterios de la vida de Hijo de Dios en la carne (Encarnación, Pasión de Cristo, carácter mesiánico de Jesús, etc.), así como en el nacimiento de la Iglesia.
Es evidente que estas cadenas, de las que los Testimonia ad Quirinum de Cipriano son probablemente la prueba más fehaciente, han influido en el modo en el que ha nacido y ha dado los primeros pasos la teología cristiana.
Ahora bien, hay ocasiones, en las cuales dicha referencia a la Escritura introduce un texto que no encontramos en la tradición textual de la misma, ciertamente, tal como esta ha llegado hasta nosotros. En tal caso, nos podemos encontrar delante de un testimonium apócrifo, también llamado en ocasiones agrapha, precisamente por no encontrarse en las Escrituras, tal como hoy las conocemos.
En muchos de estos casos, nos encontramos ante pasajes originalmente escriturísticos descontextualizados, modificados, reelaborados, con frecuencia a partir de otros pasajes también de la Escritura. La operación realizada es, si bien se piensa, un procedimiento exegético, el cual, en lugar de tomar la forma de lo que se podría entender como una interpretación a un texto dado, tiene la particularidad de introducirla en un nuevo texto que es citado como Escritura, difuminándose precisamente el límite entre Escritura e interpretación.
Tras poner los fundamentos del curso, el profesor Norelli procedió a un análisis meticuloso de textos de diversos autores cristianos antiguos, como Clemente, Justino, Hipólito, en los que la huella de los testimonia apócrifos es patente.
Dicho análisis, siempre arduo, permite, sin embargo, enriquecer los datos que nos pueden ayudar a reconstruir cómo pudieron desarrollarse algunas líneas cristológicas, la relación entre el judaísmo y el cristianismo naciente y el modo en el que los primeros cristianos comprendían y empleaban las Escrituras de Israel.
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