El catedrático de Moral Fundamental, Juan de Dios Larrú Ramos, impartió su «Prima lectio» en la mañana del 13 de noviembre de 2020 en el Aula Pablo Domínguez, en la Universidad San Dámaso (UESD). La lección fue retransmitida en directo en streaming a través del canal de Youtube de la Universidad y fue seguida por profesores y alumnos de la Facultad de Teología desde varias aulas para cumplir con las medidas sanitarias de distancia social.
Larrú Ramos juró su cargo como profesor numerario catedrático de Moral Fundamental el pasado mes de septiembre. Explica que este nombramiento «supone un servicio y una misión en la formación teológica y pastoral de los estudiantes de la Facultad de Teología de la Universidad, en un ámbito que atraviesa una prolongada crisis y al tiempo ha sido uno de los que más se ha renovado dentro de la teología en el último siglo. Iluminar desde la acción de Cristo las acciones humanas para que contribuyan a realizar la vocación al amor inscrita en el corazón de cada hombre es una hermosa y ardua tarea en el mundo que vivimos».
El nuevo catedrático es además vicedecano de la Facultad de Teología de la UESD y coordinador del máster de Teología Moral en el mismo centro de estudios. Entre las asignaturas en las que imparte docencia se encuentran «La lglesia como ‘lugar’ del obrar cristiano» o «Moral fundamental». Su «prima lectio» llevó como título «La promesa, ¿forma del agua o forma del amor?«.
Días antes de la Prima lectio, Larrú Ramos indicó que «para la primera lección he elegido el tema de la promesa y su relación con la verdad del amor. Prometer algo a alguien es siempre algo relevante para el hombre, pues tiene que ver con el amor al que damos crédito. Aprender a recibir promesas y ser capaz de hacerlas y cumplirlas es un tema decisivo para alcanzar una vida plena, para madurar humanamente y lograr vivir una comunión con Dios y con los demás».
«Vivimos en un mundo donde ‘dar la palabra’ parece que reduce el horizonte de la libertad, concebida como pura espontaneidad. Por ello creo que es un tema sobre el que conviene detenerse a reflexionar. Además para el cristianismo, la Revelación y la Historia de la salvación están transidas de la experiencia de la promesa. En este sentido, Jesucristo es el Amén a todas las promesas de Dios, ‘pues todas las promesas de Dios han alcanzado su sí en Él’ (2Cor 1,20)», afirmó el nuevo catedrático.
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