Si la Iglesia quiere tener buenos ministros, tiene que procurar prepararlos bien. Es una idea repetida por san Juan de Ávila, clericus cordubensis y Doctor de la Iglesia universal, que me place recordar en el 450 aniversario de su tránsito al cielo desde Montilla (Córdoba). Además, la deseada renovación de la Iglesia depende en gran parte de la renovación y el fervor de sus sacerdotes, nos recuerda el Santo Doctor y recoge el Concilio Vaticano II al tratar de los Seminarios.
En esta línea trabaja la Universidad San Dámaso y presta un excelente servicio a la diócesis de Córdoba con la afiliación del Estudio Teológico San Pelagio a la misma Universidad desde 1999. En este Estudio Teológico se forman académicamente los alumnos de nuestro Seminario diocesano, los alumnos del Seminario Redemptoris Mater y otros alumnos de algunos institutos religiosos.
La calidad de la enseñanza, la tutela permanente de la Universidad San Dámaso y la competencia de los profesores en Córdoba hace que sus alumnos alcancen la titulación de grado correspondiente, que los capacita para el servicio pastoral a la diócesis y a la Iglesia universal.
Junto a esta institución, tenemos el Instituto Superior de Ciencias Religiosas “Beata Victoria Díez”, también vinculado a la Universidad San Dámaso desde su creación en 2005, que presta un precioso servicio a la formación de laicos y consagrados, elevando continuamente el nivel de todos los que frecuentan sus aulas.
Desde aquí quiero agradecer a la UESD la buena relación que se da permanentemente entre sus directivos y su claustro de profesores con nuestro Estudio Teológico “San Pelagio” de Córdoba y con el Instituto Superior de Ciencias Religiosas “Beata Victoria Díez”, bajo la suprema autoridad de la Congregación para la Educación Católica.
Mirando hacia atrás, damos gracias a Dios y a todos los que hacen posible este camino. Y eso nos proyecta al futuro con la esperanza de seguir manteniendo esta estrecha colaboración, para que unos y otros –clérigos, laicos y consagrados– sepan dar razón de su esperanza en un mundo que espera la Buena Noticia de Jesucristo y el gozo del Evangelio. La fe busca entender, la fe se hace cultura, la fe mueve el corazón y la mente al estudio de las disciplinas sagradas. Sacerdotes bien preparados, seglares bien capacitados son la garantía de una nueva evangelización para nuestro tiempo.
Con mi sincero agradecimiento.
+ Demetrio Fernández
Obispo de Córdoba