Juan ha realizado unas prácticas dentro del Programa Erasmus+ en Petites Soeurs des Pauvres, en Grenoble (Francia) en verano de 2022.
Juan, además de profundizar en el acompañamiento a personas enfermas, ¿qué han supuesto estas prácticas en tu formación vital como persona?
Me llevo dos aprendizajes. En primer lugar, esta experiencia me ha hecho ser más consciente de la paradoja que se da en el hombre, y más aún en la persona anciana, entre el deseo de vivir todo a lo grande, en plenitud, y la limitación física. He conversado con muchos residentes que se encontraban muy tristes por no tener nada que hacer, por no tener fuerza para dar un paseo por el jardín. Eso me ha enseñado que, aunque sea joven y ahora tenga muchos proyectos, al final de la vida esta se vuelve muy sencilla.
También he aprendido a gestionar mi tiempo libre. Era el único español, y no tenía ningún conocido cerca. Esta experiencia me ha ayudado a profundizar en mi conocimiento personal. Se me han dado muchas oportunidades donde he podido ejercer mi libertad en la soledad. Ha sido un tiempo de soledad necesario para confrontarme con mi realidad.
¿Qué competencias has mejorado como resultado de esta experiencia?
Creo que he crecido en la virtud de la paciencia con los ancianos. He conocido mejor cómo es el funcionamiento de una residencia y también ha sido muy satisfactorio el haber aprendido la lengua francesa, fui con un nivel A2 y he conseguido al final de mi estancia un B2.
¿Cómo conociste la existencia de prácticas Erasmus+?
A través de la Universidad Eclesiástica de San Damaso donde soy estudiante de la Facultad de Teología.