Fabiola Marton es alumna de nuestra Facultad de Teología. Durante diez meses realizó un periodo de prácticas Erasmus + en Viena, Austria, gracias a una beca Erasmus +. A continuación se puede leer su testimonio.
Acabo de terminar un periodo de prácticas Erasmus + de 10 meses en Viena, Austria. Me cuesta creer que el año ya haya terminado y que pronto dejaré a las personas que he conocido. Tengo la impresión de que las conozco desde hace mucho tiempo. Lo que sigue son los estudios de teología. Se cierra un periodo en mi vida y se abre uno nuevo.
Decidí solicitar la beca de Prácticas Erasmus + porque estaba en búsqueda de un cambio que me ayudara a afrontar mi vida, que me pusiese en contacto con una cultura familiar y que me diera la posibilidad de experimentar diferentes ámbitos de la vida pastoral. Esta decisión me dio luz y paz. Pude estar en el Centro de evangelización Juan Pablo II de Viena, que hace de las veces de comunidad parroquial.
Pensé que mi gran reto al inicio del año iba a ser integrarme a una comunidad donde no conocía a casi nadie. Me encontré con personas súper acogedoras y abiertas. Además, justo me tocó participar al inicio en misiones organizadas por varias realidades eclesiales de Viena, también el centro Juan Pablo II. Fue lo mejor estar codo con codo en este proyecto desde el inicio. Me fue fácil integrarme.
Otra experiencia grande han sido los grupos Alpha que he guiado durante el año. Es un curso sobre la fe cristiana para personas que están en búsqueda de ella. El trato y amistad con personas no creyentes durante el año fue bellísimo. Me encantan las preguntas que hacen sobre la vida y la fe. Me encendió el corazón y también me motivó para ir más a fondo en cuestiones teológicas.
Agradezco mucho un curso que pude hacer sobre carismas personales llamado Called & Gifted del Catherine of Siena Institute. Junto con otros, fui adquiriendo conocimiento y práctica en la vivencia de los dones que Dios nos ha regalado.
La relación con el equipo del centro, los otros empleados, los sacerdotes, voluntarios y muchas personas de la comunidad fue creciendo en el tiempo en número y profundidad. Tuve una sensación de espacio grande estando con ellos. Sentí margen y terreno seguro para cometer errores. Quizás fue el testimonio de otros en como lidiaron con errores que me hizo experimentar mucho espacio vital.
Me lancé en este año de Erasmus a estos diferentes proyectos grandes y pequeños de pastoral.
Uno fue acompañar más de cerca a voluntarias que daban un año de su tiempo a Dios para la evangelización. Tuvimos los encuentros diarios, los momentos de formación y retiros espirituales. Junto con eso, ayudé en el desarrollo de la pastoral de niños y de la preparación de la Primera Comunión.
Además, en relación al principio del centro “Church for the unchurched”, participé en la iniciativa sobre la esperanza “2020sucks” realizado durante el tiempo de Adviento y Navidad. Estos fueron momentos intensos en donde hemos caminado juntos para llegar a un mundo necesitado de Dios. El confinamiento nos cambió los planes, pero también nos hizo creativos. Junto con Anna, líder del Worship-Ministry hice un podcast de la serie “Tea time with God” que quiere inspirar en momentos de soledad.
Quiero agradecer a todas las personas que han colaborado para que todo esto fuese posible. Gracias especialmente a la Universidad San Dámaso por la beca y la ayuda en los pasos prácticos a realizar. Gracias también a mi comunidad de consagradas Regnum Christi, quienes me apoyaron para realizar el año en Viena. Gracias al Centro Juan Pablo II por las facilidades, la acogida y apoyo real en todo momento, sobre todo cuando me sentí nadando en aguas nuevas.
Animo a todo estudiante a optar por esta experiencia. Creo que todo el que se lance a esta aventura regresa sumamente enriquecido.
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