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La percepción de que nuestras democracias corren riesgo y están en crisis se extiende. Bauman y Lipovetzsky –con mirada crítica y audaz a nuestra sociedad– han puesto en primer plano una postmodernidad líquida incapaz de amar y construir proyectos de peso, junto a una hiper-modernidad hiper-individualista en la que los nexos sociales se estereotipan, debilitan y volatilizan en lo “light”. El proyecto Moderno se tambalea. Necesitamos al menos dos cosas: una, preguntarnos por qué esta situación, y dos, encontrar soluciones viables. Possenti, desde una perspectiva más honda que la sociológica, diagnostica la causa: la deriva individualista del principio de autonomía kantiano en que se basan nuestras democracias, unida a un cristianismo secularizado. ¿Puede este cimiento funcionar hoy en día, cuando el universo ético cristiano se ha desmenuzado en un pluriverso ético en el que cada uno legisla para sí mismo, cuando sólo hay individuos solitarios? El autor, tras el lúcido análisis de las ideas que fundamentan el estado moderno, vislumbra una etapa postsecular superadora del secularismo y ofrece vías de salida. Si se conecta la noción de “ciudadano” con la de “persona”, quizá podríamos recobrar la capacidad de construir una sociedad iluminada, abierta y viva. La religión y el catolicismo, cuya marginación no resulta ajena a lo que vivimos, también: ¿pueden?, ¿deben?, ¿son convocados a? desempeñar un papel clave. ¿Cómo entender fructíferamente: “Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”? Responder, y decir porqué y desde dónde, es tarea directamente abordada y lograda en este ensayo.