Juan Carlos Carvajal, vicerrector académico de la UESD, destaca en una sentida ponencia la pasión evangelizadora que definió al pontífice argentino: “Nos enseñó a vivir el Evangelio con valentía y amor universal”.
La UESD celebró esta mañana un acto académico en memoria del Papa Francisco, recientemente fallecido, en el que se realizó un recorrido por su legado pastoral y espiritual. El acto fue presidido por el Vice-Gran Canciller de la UESD, don José Antonio Álvarez, que remarcó “la necesidad de hacer memoria agradecida de quien ha sido padre y pastor de la Iglesia”. Para el Vice-Gran Canciller, la alegría fue un eje que atravesó todo el pontificado de Francisco. Apuntó, por otro lado, que su magisterio fue iluminado con sus gestos y su vida. Lo calificó, en ese sentido, como un magisterio “de la proximidad y de las obras”. Don José Antonio Álvarez recordó también el empeño del Papa Francisco por cuidar y fomentar la formación del pueblo de Dios.

El rector de la UESD, Nicolás Álvarez de las Asturias, al hilo de unas palabras del Papa en la constitución apostólica Veritatis Gaudium, señaló que “impulsar, renovar y entusiasmar son verbos que definen la acción de Francisco durante estos doce años”. En este sentido, remarcó que “su magisterio ha sido reflexionado, fecundando el quehacer teológico, sus reformas han sido estudiadas por los canonistas y su constante aliento misionero nos ha movido a multiplicar nuestra oferta formativa, con el deseo de acercar la alegría del Evangelio al mayor número de personas posible”.


La ponencia “Francisco, la pasión por la evangelización” corrió a cargo de Juan Carlos Carvajal, Vicerrector académico de la UESD, que inició su intervención recordando el anuncio oficial del fallecimiento, hecho por el cardenal camarlengo, Kevin Farrell, quien lo describió como “un verdadero discípulo del Señor” y elogió su fidelidad al Evangelio y su opción preferencial por los pobres. A partir de ahí, el vicerrector profundizó en las claves de un pontificado que, según dijo, “no puede ser comprendido sin la fuerza misionera que lo impulsaba desde el primer día”.
El título de la ponencia —“Francisco, la pasión por la evangelización…”— reflejaba el núcleo de su mensaje: para el Papa, la evangelización no fue una estrategia, sino una consecuencia del amor recibido de Cristo. Según Carvajal, Francisco no buscaba protagonismo ni impacto mediático, sino “compartir la experiencia gozosa del encuentro con Jesucristo” que había marcado su vida desde joven.
Uno de los momentos más citados fue la intervención del entonces cardenal Bergoglio antes del cónclave de 2013, en la que afirmó que “la Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias existenciales”. Para Carvajal, esa idea anticipó toda su acción como Papa y tuvo su formulación más clara en la exhortación programática Evangelii gaudium. “Jesucristo fue siempre la fuente, el camino y el fin de toda su acción pastoral”, señaló el vicerrector, subrayando que la alegría del Evangelio se convirtió en el sello distintivo de su magisterio.
La ponencia abordó también la reforma eclesial impulsada por Francisco, centrada en una Iglesia sinodal, en salida y descentrada de sí misma. “No se trataba de una consigna, sino del mandato de Jesús vivido con autenticidad”, afirmó Carvajal, destacando el deseo del Papa de construir una Iglesia más abierta, más escuchante y más misericordiosa.
El ponente evocó también los gestos más emblemáticos de su pontificado: sus viajes a lugares olvidados, sus visitas a migrantes o sus palabras a las víctimas. Carvajal lo resumió de este modo: “Francisco permitió que Cristo amara en él”. Esta frase, tomada de su última encíclica Dilexit nos, sirvió para poner rostro espiritual a su pontificado. La conferencia concluyó con una alusión al reciente discurso del Papa León XIV, que expresó su voluntad de continuar el impulso misionero de su predecesor. En este sentido, “el pontificado de Francisco seguirá dando fruto más allá de su muerte”, concluyó Carvajal.